HACIA UNA SANACION INTERNA Y UNA RECONCILIACION
El tema clave (Mt 5,23-24)
Según los expertos de la vida espiritual y nuestra propia experiencia, el gran obstáculo para experimentar la reconciliación, es nuestras heridas internas, que aunque pertenecen al pasado, influyen en nuestro presente, y amenazan nuestro futuro. Por lo tanto, para muchos, una genuina reconciliación debe ser precedida por una sanación personal profunda.
Así, suponiendo que Santiago el apóstol (Sant 5,14-16), hablaba de una sanación completa, y constatando que todo ser humano necesita, de vez en cuando, sanación interna y que de hecho, Jesús, lo creen en su misericordia y en su poder, los fines de semana del Encuentro, ofrecen esta oportunidad a todos sus participantes.
Nuestra mayor preocupación, aquí es acerca de la sanación de memorias, a fin de que la familia pueda, luego, reconciliarse entre si. En efecto, frecuentemente, son las heridas profundas del pasado, las que dificultan, en gran manera, de reconciliación de los esposos.
Precisamente, el mandamiento del Señor. Según Mateo 5, 23 24,
Si yendo a presentar tu ofrenda ante el altar, allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve y reconcíliate con tu hermano, y después, vuelve al altar y presenta tu ofrenda.
Por lo tanto, toda experiencia de unidad con el Señor, y con nuestro prójimo, tiene que ir precedida por una sincera reconciliación y para muchos conviene preparar esa reconciliación con una buena sanación de las personas. Son dos experiencias que parecen inseparables y complementarias.
Naturalmente, no hay una fórmula única de sanación interior. De hecho, cada comunidad cristiana tiene sus formas y sus normas. Procurar atenerse a lo que en casa comunidad se practica.
Motivación general
Informar a los participantes que el tema de la oración para el segundo día será la reconciliación
DINÁMICA DE ORACIÓN
Preparar un cirio Pascual y una velita por cada participante
2. Empezar con un canto
3. Repartir las hojas de autorreflexión (reflejo de uno mismo) destinadas a ayudar a cada participante a identificar posibles huellas de las heridas internas del pasado. Para ser leídas en reflexión silenciosa. No para ser compartidas
4. Dar una velita a cada uno, para tenerla encendida durante la lectura
5. Lectura Ef 4, 25-32 procurando apuntar lo siguiente
Soy yo quien ha fallado. Mi hermano, o mi hermana está esperando que lo reconozca
Frecuentemente, ese hermano o hermana, a quién tengo que acercarme para reconciliarme, puedo ser yo mismo, que no acabo de perdonarme
Entre las personas a quienes he ofendido, y con las que tengo que reconciliarme posiblemente las hay que puedan haber muerto, y acaso hace mucho tiempo
Y sobre, todo, por mis constantes y numerosas faltas y pecados, necesito continuamente acercarme a Dios para ser perdonado, poder tener luz y fuerza para pedir perdón y perdonar a los demás hermanos y hermanas.
6. La Luz del cirio Pascual es el símbolo de la presencia de Jesús, manantial del amor, unidad, luz, guía sanación, perdón, etc. , etc. De eso de lo que todos nosotros estamos continuamente necesitados, y que será nuestro, si invitamos continuamente a Jesús a nuestras vidas.
7. Frecuentemente al elegir seguir viviendo por nuestros instintos y deseos , no sean según el Plan de Dios, entonces empieza a morir la vida familiar sana y adecuada, Entonces nos damos cuenta que la Luz de Dios se apaga en nuestro interior (para simbolizar este estado de tristeza, se apagan las velas)
8. El cirio Pascual –Jesús resucitado que es manantial de vida y amor – continua ardiendo, pero está muerto en la vida de muchas personas que quieren estar sin Él.
9. Debemos estar conscientes de que necesitamos recuperar esta vida de Gracia, recuperar el amor, la unidad, la paz, y la alegría, que reina en nuestras vidas, cuando Jesús está vivo en nuestras relaciones intrafamiliares se reinicia la oportunidad de vida de Dios
Canto final
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