El diablo esta suelto en Carora

Vieja leyenda urbana

Todavía está en su sitio la Capilla de El Calvario en la antigua ciudad de Carora, pero no la otra que servía a Barrio Nuevo, desaparecido con la Escuela de Primeras Letras de Doña Zémida Verde. Las Escuelas de Primeras Letras no fueron establecidas en las ciudades, pueblos y aldeas venezolanas por Samuel Robinson, uno de los pseudónimos de Simón Rodríguez con su estruendoso fracaso pedagógico en Bolivia y en todas partes, sino por los cabildos y ayuntamientos (alcaldías y concejos municipales de hoy) durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Todavía está en su sitio la Capilla del Cerrito de la Cruz, visitada por el célebre obispo Don Mariano Martí a finales del siglo XVIII, pero no la Iglesia de San Dionisio en la esquina de las calles del Comercio con la Torres, donde el Padre Pedro Felipe Montes de Oca me impuso las Llaves del Sagrario, en mi remota adolescencia, porque estaba bravo con el Jefe Civil muy pariente suyo. Es que desde antiguo se soltaba el Diablo en Carora. Para ser caroreño hay que creer en el Diablo.

La ciudad ya no es capital de Distrito, con sus municipios, parroquias, y caseríos que fuera una buena división política administrativa con sabor a Federación, es cierto, pero sobre todo con memoria de autonomía, la autonomía de cada Estado, la autonomía de cada distrito, la autonomía de cada municipio, como fueron autónomas las provincias y las ciudades originarias de la República: “Se acata, pero no se cumple”. Está ese derecho y ese deber en el Artículo 350 de la Constitución.

La ciudad de Carora, capital del municipio Torres, el más extenso de los nueve que conforman al estado Lara (los dos nombres son caroreños, Pedro León Torres y Jacinto Lara, héroes verdaderos y no creados por la fantasía política), fue fundada por el capitán Juan del Tejo en octubre de 1569, trasladada el 1 de enero de 1571 por el Capitán Pedro Maldonado al sitio donde permanece su más antiguo poblado en torno a su Iglesia de San Juan, hoy Obispado, y repoblada por el Capitán Juan de Salamanca en 1572. Larga, noble historia venezolana.
El Diablo anda suelto en Carora es un dicho tradicional entre los caroreños. Me parece que la gente joven en torno a El Caroreño, periódico que ahora mantiene la antorcha de El Diario de Don José Herrera Oropeza, de El Impulso (1904-1919) de Don Federico Carmona y de los otros periódicos historiados por Don Ismael Silva Montanez, la gente joven de la Casa de la Cultura, del Ateneo, de la Casa de Don Chio, de la Universidad, de toda la ciudad, ya pueden enterarse de cómo la leyenda, el cuento, la tradición, tiene asidero histórico concreto.
Aquel excelente escritor que fuera Don Agustín Oropeza (1884-1958) publicó una crónica titulada El Diablo de Carora (El Diario, 22-10-1919) recogida en el libro Crónicas Históricas (Ateneo de Carora Guillermo Morón.

Compilación, Prólogo y Notas de Jesús Arispe A., 1996). El historiador Ambrosio Perera recoge la “fantasía popular y documenta sucesos en su Historial Genealógico de Familias Caroreñas (Segunda Edición, 1967 Tomo II, Págs. 216 ss.).
Pero ya el historiador Don Juan Carlos Reyes, activo en el Departamento de Investigaciones Históricas de la Academia Nacional de la Historia, autor de la bien estudiada y lúcidamente escrita Biografía de Vicente Salias (1776-1814) (Biblioteca Biográfica Venezolana, Volumen 71, El Nacional - Bancaribe, Caracas 2007, 99 Págs.) y de numerosos estudios historiográficos, ha logrado ubicar el origen, rigurosamente documentado, de la popular leyenda, mito y tradición caroreña. Se trata de su libro El Diablo suelto en Carora - Memoria de un crímen (Academia Nacional de la Historia, Libro Breve, antigua Colección Libro Menor, 240, Caracas 2007, 192 Págs.).

Los acontecimientos ocurrieron “entre el 15 y el 16 de febrero del año 1736”. Toda la ciudad fue conmovida. Hubo un enfrentamiento entre los alcaldes de la ciudad y autoridades del Poder Central caraqueño. El Convento de Santa Lucía juega su papel. El Diablo de Carora conmovió a toda Venezuela. En estos días el Diablo hace de las suyas desde el Poder Central, como otrora. No le echo el cuento. Léase el libro que es de primera.

Guillermo Morón Historiador venezolano

http://www.diariocritico.com/venezuela/2008/Abril/opinion/guillermo-moron/69604/guillermo-moron.html