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02 enero 2012


Cumplir 40 años es una experiencia muy rica, es para dar gracias a Dios por la vida, la familia y los amigos, también es ocasión para agradecer las oportunidades difíciles que te hicieron crecer. A Dios mas gracias le debo que me regaló 10 años más, luego de casi morir a los 30´s, y aprender a pasar el día de navidad hospitalizado, redescubrir a la familia, re encontrarme conmigo mismo.

Hoy día las circunstancias son muy diferentes, pero la persona es la misma MILES USECHE, el Hijo, el sacerdote, que está en Santa Teresa, Alta Vista, que sigue aprendiendo a descubrir la voluntad de Dios. Que lee el evangelio del día como su buena noticia de salvación

Evangelio según San Juan 1,19-28.
Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: "¿Quién eres tú?".
El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: "Yo no soy el Mesías".
"¿Quién eres, entonces?", le preguntaron: "¿Eres Elías?". Juan dijo: "No". "¿Eres el Profeta?". "Tampoco", respondió.
Ellos insistieron: "¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?".
Y él les dijo: "Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías".
Algunos de los enviados eran fariseos,
y volvieron a preguntarle: "¿Por qué bautizas, entonces, si tu no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?".
Juan respondió: "Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen:
él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia".
Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba.
Hoy es dìa de San Basilio Obispo y Doctor de la Iglesia.


En la familia de San Basilio (330-379 la santidad era una herencia. Sus padres fueron San Basilio y Santa Emelia. Su abuela, Santa Macrina. Sus hermanos, Santa Macrina, San Pedro de Sebaste y San Gregorio Niseno.
San Basilio nació en Cesarea de Capodocia el año 330. Estudió en Constantinopla y en Atenas, con Juliano el Apóstata y Gregorio Nacianceno. Sobresalió por su gran cultura y virtud entre todos sus compañeros. Buen viajero, recorrió Siria, Palestina, Mesopotamia, el Ponto y Egipto.

Quería conocer bien la vida religiosa, entonces floreciente en aquellas regiones. Así se convirtió en el gran impulsor y organizador del monacato en Oriente con sus famosas Reglas monásticas, como Benito en Occidente. No se limitó a vivir como un monje y organizar a los monjes. Nombrado obispo de Cesarea, su ciudad natal, brilló como un astro fulgente, tanto que ya antes de su muerte, el 1 de enero del año 379, le dieron el nombre de Basilio el Grande.

Se distinguió por su preocupación social, por sus numerosos escritos, por su oratoria arrebatadora, por su santidad, que apreciaban tanto cristianos, como judíos y paganos. En sus sermones tronaba contra los ricos que entronizaban al dios dinero, olvidándose de los necesitados.

A ejemplo de este Santo a reinventar en este año la vida, a buscar lo mejor de lo que quiere Dios para mi, y agradecer, a todos y todas su aprecio y cariño. Que sea Dios nuestro único destino.

La vida de San Gregorio Nacianceno (330-389 o 390), tiene un notable paralelismo con la de San Basilio. Gregorio era también de la región de Capadocia, y se le llama Nacianceno por haber nacido junto a Nacianzo, el mismo año que Basilio. Estudiaron juntos en Atenas, fue también monje y más tarde es nombrado patriarca de Constantinopla. Presidió el Concilio Constantinopolitano I, que fue el II ecuménico. En él se definió la divinidad del Espíritu Santo, contra Macedonio, y se proclamó el credo de la Misa, llamado nicenoconstantinopolitano.

Sus vidas, además de paralelas, son también complementarias. Basilio es más activo y emprendedor. Gregorio tenía más marcada afición al estudio, a la poesía y a la oración. Por eso renuncia a su sede y vuelve a su pueblo natal, para dedicarse sobre todo a la oración y a sus escritos teológicos, lejos del mundanal ruido. Murió el año 389, diez años más tarde que Basilio. Fue llamado el teólogo, por su rica doctrina y su elocuencia.

Como Gregorio le sobrevivió, escribió un elocuente sermón en alabanza de Basilio, en el que resalta la hondura, la fecundidad y calidad de su mutua amistad. "Nos movía un mismo deseo de saber, actitud que suele ocasionar profundas envidias, y sin embargo carecíamos de envidia. En cambio teníamos en gran aprecio la emulación. Contendíamos entre nosotros, no para ver quién era el primero, sino para averiguar quién cedía al otro la primacía. Cada uno de nosotros consideraba la gloria del otro como propia".

"Una sola tarea y afán había para ambos, y era la virtud, así como vivir para las esperanzas futuras, de tal modo que, aun antes de haber partido de esta vida, pudiese decirse que habíamos emigrado ya de ella. Ese fue el ideal que nos propusimos, y así tratábamos de dirigir nuestra vida y todas nuestras acciones, dóciles a la dirección del mandato divino, acuciándonos mutuamente en el empeño de la virtud. Y, a no ser que decir esto vaya a parecer arrogante en exceso, éramos el uno para el otro la norma y regla con la que se discierne lo recto de lo torcido".

Hoy día lo pasaré en familia, con las "amistades" de siempre y con las que quieren estar de las de ahora, pero sobre todo con Jesús de Nazaret

Oremos con Carlos de Focauld:

Padre:

Me pongo en tus manos.

Haz de mí lo que quieras.

Sea lo que sea,

te doy las gracias.



Estoy dispuesto a todo.

Lo acepto todo,

con tal que tu voluntad

se realice en mí

y en todas tus criaturas.

Es lo único que deseo, Padre.



Te confío mi vida,

te la doy, Dios mío,

con todo el amor de mi corazón,

porque te amo,

y me es una necesidad de amor

darme,

ponerme en tus manos sin reservas,

con una infinita confianza,

porque tú eres mi Padre.

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