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24 mayo 2012

Hay experiencias en la vida que marcan, como un viaje, como la exposición de la tesis de grado, como un cumpleaños. Pero hay otras que son esenciales, el bautismo, el nacimiento de un hijo, el matrimonio, es decir lo trascendental. Lo que te marca la vida, sin lo cual no eres lo que eres y que te deja ser lo que quieres ser.
Hace 4 años en 2008, un sábado 24 de mayo, a las 3 de la tarde, me ordenaron Sacerdote de Cristo, en la Parroquia San Buenaventura, para el servicio del pueblo Santo de Dios, en su Iglesia Diocesana de Ciudad Guayana. Fue en el tiempo y en el espacio que Dios quiso, con los presentes que el escogió. No podía ser mejor.
Luego de que en 2005 me ordenaron Diácono, y trabajo en la parroquia Virgen del Valle, y posterior envío a Corpus Christi, que bien ha sabido Dios llevar mi vida por horizontes ignotos, donde sólo el sabe lo que debo ser, y donde me deja descubrir su voluntad. Es decir, no pensaba nadie lo que podría hacer, es más pensaban que fracasaría, que era difícil, que sería un tiempo de mantenerme sin más. Pero Dios no se deja ganar. Siempre te da más de lo que esperas, así que esa experiencia larga de diaconado, fue para su gloria, para aprender más, para dejarse conducir por su voluntad. Para conocer gente realmente maravillosa, inolvidable e imprescindible. Gente que nunca se olvidará.
Tres y cuatro no son siete, es una vida completa, es la plenitud de una vida en Dios. De Virgen del Valle a Corpus Christi y terminando en Santa Teresa.
Lo rimero, fue un sueño 2005, el diaconado, la primera experiencia pastoral. Aprender el bautismo y el matrimonio. Las enseñanzas de una comunidad religiosa, las misioneras de Santa Brígida, los barrios y su belleza, sin miedos, los jóvenes dispuestos y una semana santa "santa". Me mude de allí el 12 de diciembre de 2005.
2006 Corpus Christi y Core 8, en compañía de Esteban, Humboldt y Medias Blancas. Un nuevo servicio, y un nuevo destino, la vida.
Aprender a manejar la vida, las emociones y el sentido de mi existencia frente a diferentes escenarios. Ser disponible era la meta, y se logro. Aprender a construir comunidad, a construir familias.
Buenos años para recordar, la fiesta la alegría y la amistad. La Candelaria 2007.
El buen aprendizaje nunca se olvida, y las relaciones fraternas son su memoria.
Nuevo camino, nuevas expectativas, la salud y el ejercicio. Nueva casa, nuevo sentido de plenitud, cuantos deseos. Las Amazonas, recordar a monseñor Zabaleta. El fiesta verde, el club de los abuelos y la Fundación Provalor. Consolidar y caminar.
2008 La Ordenación y el día con María Auxiliadora, casualidad? o voluntad de Dios...?



Y los siguientes mejores y llenos de Dios



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