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19 mayo 2012

La Ascención

Oscar Wilde dijo: todo santo tiene un pasado, y todo pecador tiene un futuro por delante. El sentido de una vida, no se puede descifrar por si sola. Es como el hilo en medio de una trama. Se entrelaza con otros hilos, quedando unidos en espacio y tiempo. El futuro entrelazado con el pasado... de modo que resulta difícil ver el resultado del dibujo, hasta que este acabado, si es que llega acabarse alguna vez.


Pienso que mi vida no comenzó realmente el domingo, sino el martes, cuando en mi juventud descubrí lo hermoso que es vivir, cuando descubrí la presencia de la llamada de Dios, y el sentido último de mi existencia. Cuando comencé a dar la respuesta, con un sí a esa suave y dulce llamada del Señor. Fue cuando comencé a arrodillarme delante de Dios en la Eucaristía, reconociendo la grandeza de su presencia. Un martes comencé a vivir la grandeza, y un miércoles tuve que darme el chance de renovar esa respuesta.

Si es difícil, pero no imposible darse cuenta que vale la pena vivir de frente a Dios, reconociendo desde nuestra humanidad, es el arte de esa trama que vamos dibujando en nuestras vidas.

Es necesario el silencio y la oportuna oración para meditar que será lo mejor en cada día. Y cuando los tonos blancos empiezan a aparecer en nuestros cabellos, daremos finalmente gracias a Dios por este hermoso dibujo que estamos realizando. Si a Dios, Si a la Vida, Si a su bondad de recrearnos en la vida diferentes caminos.
La hermosa lección de esta semana fue la del grano de cacao, que por si solo no es nada, solo algo feo y sin sabor que permanece, pero que bueno es el chocolate, cuando pasa por la técnica y un trabajo laborioso, para convertirse en ese manjar. Esa es nuestra vida espiritual. Que sola por si misma no es nada, pero trabajada, nos hace ver y reconocer el Don de Dios, en nuestras vidas.

Que haces cuando no sabes la respuesta a una persona joven que sufre por la desaparición de un ser querido. Que haces para explicarle a una persona que pierde un ser querido, una separación. Reza por ellos, y déjaselos en las manos de Dios. Que Él bien sabrá cuidarles y darles las respuestas oportunas en el tiempo oportuno. No somos autosuficientes, pero en la menesterosidad es que somos realmente fuertes y valientes para encontrar las respuestas más sinceras de nuestras vidas.
No se lo que Dios espera de mi como cura. Quizás me pida solo un poco de paciencia y mientras oración para seguir su camino. Hasta que llegue ese momento oportuno.
Perdonar siempre es bueno, porque quedas liberado de ti mismo, de tu conciencia y de culpa

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